jueves, 18 de octubre de 2007

Pregunta anónima

Como no tengo miedo alguno que me acusen de "rosadito" en mis elecciones, me quedé pensando en lo mucho que me gustaron las imágenes urbanas de un video con interpretaciones tan maricas como "Me pregunto" de Belanova.

Ya sé, ponerse a cantar en femenino no es lo más macho que puedo hacer. Sería asumir una pose de vestido de los 50, el mismo que pacientemente cubre el cuerpo de la vocalista en un televisor de blanco y negro. Y es verdad que a propósito de retomar el amor por Santiago, he querido otra vez relacionarme con el anonimato que brinda la ciudad y la infinidad de recovecos que esconderían al ser amado.

La perpetuidad de tal búsqueda, casi constituye un rito de ida y vuelta en las ciudades. Lo mismo nací en el centro, para crecer en los suburbios, hacer el propio hogar en el centro nuevamente y esperar casarse para comprar la casa en las afueras otra vez. Imagen icónica de la modernidad gringa y el romance que Sex and the City se negaba a asumir.

Y claro, siempre es posible caer en esta nostalgia del rostro perdido entre la muchedumbre, entre los cafetines de cualquier esquina, entre los carteles que iluminan los andenes del metro y los lugares de paseo. Esos mismos que no están en las afueras sino que surgen en la masa compacta del distrito central "Yo solo espero, justo en el mismo lugar a tu recuerdo" reza un verso de la cancioncita esta, caído desde la soledad que quiere transmitir la intérprete. Y no es conciente que, en este caso, transite por una Ciudad de México anochecida, melancólica frente al pulso moderno de los beats que le dan marcha electrónica a una canción pop que podría ser algo así como un corrido mexicano revisitado.

Y he aquí que la pregunta de este nuevo adulto abandonó esa ruralidad tergiversada de los suburbios para adentrarse en la avenida Benito Juárez preguntando donde está su amado. Yo no lo encuentro un gesto cursi, y no sé ustedes, pero creo que representa una sensatez bastante contemporánea, ante la inevitable pregunta por el vacío afectivo que anima la vida de los jóvenes que arman vida en las grandes ciudades, vestidos a la moda y con maletines de diseño, que es la chapa con la que mejor se podría escuchar esta canción.

Son esos jóvenes, con los que a veces me identifico, los que pudieran ser más adultos al encontrar la respuesta a la pregunta que el video propone. Pero en mi caso, esperanzas muchas no tengo todavía, y so pena de encerrarme en el hedonismo de escuchar a solas la canción, a lo mejor la próxima vez que la baile en el Clandestino, pudiera encontrar con quien conversar sobre estas materias.

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