sábado, 9 de junio de 2007

Aeronáutica, compostura y sex appeal

Antenoche, antes de viajar a Temuco, vi un video de una canción que me gustó mucho. Pertenece al último álbum de Maroon 5 y se titula "Makes me Wonder". Me llamó la atención porque le da carácter claramente sexual a la idea de viajar en avión. Todo aparece, eso si, rodeado de una atmósfera de sofisticación contemporánea y de un control del deseo (en este caso femenino) que me hizo proyectar la manera en como me gustaría comportarme en una circunstancia parecida.

Y es que, para empezar, no hay manera que pueda hacer la fila en el aeropuerto sin conservar la compostura. Siempre me pongo un poquito ansioso. Se supone que debería ser de las cosas que me brindan mayor satisfacción en la vida, porque hablan de cierto grado de modernidad, de un ejercicio de transporte contemporáneo y claramente de cierta potencia o vigor monetario para poder ocuparlo ahora (ya que el Estado no me auspicia más...). Y es que al fin y al cabo, siempre difruto el viaje cuando llego a puerto, pero nunca me acuerdo de eso antes de partir.

Porque en pocas palabras, viajar en avión es mucho más tecnológico que andar en bus. Por eso es más caro también. Eso me hace pensar en lo orgulloso que debiera estar esperando hacer el check in en el counter de Lan express. Si hasta cierta anglofonìa puedo practicar. Porque lo que para el gremio de locas puede ser signo de ser cuico, al punto de poder ser extremadamente chanta como para poder inventar viajes; para el sicoanalista podría ser una analogía de la potencia viril que es lo que el video intenta proyectar. Y en ambos casos se conjuga el deseo.

Claro, escuchando la canción en mis audífonos, pudiera aprender a caminar todavía más erguido por las instalaciones del aeropuerto, tomando posesión de aquel lugar donde la arquitectura y el movimiento de pasajeros y aviones francamente tiene un pulso distinto dentro de la ciudad. Porque volar es adquirir mayor dominio sobre la geografía, sobre otros, sobre los sentidos y las distancias; y olvidar el riesgo de semejante arrojo.

Repitiendo mentalmente las imágenes, definitivamente dan ganas de ser como Adam Levine (también de tenerlo) Y en esa asociación que parece decir que todos los que vuelan se visten de Zara y controlan su sex appeal, lo que aparece completamente velado es el hecho que toda la aeronaútica se sostiene al filo del control del peligro.

Así es. Cualquiera que se adentre en el conocimiento de la forma en que opera la turbina de un jet comprenderá que cuando el avión despega lo que hace es mantener permanentemente controlada una explosión, comprimiendo y combustinando el aire. Del empuje de semejante operación toda la máquina puede elevarse hacia el cielo. Uno vuela sobre una bomba controlada, con alas llenas de combustible inflamable, en un fuselaje que se comporta como olla a presión y confiando en un tren de aterrizaje ridìculamente pequeño para el tamaño del aeroplano.

Cuando uno està en tierra ver un decolaje es algo impresionante. Claro que en el aire y al andar dentro de uno de ellos las cosas son muy distintas. Ahí se pone en suspenso el control de la propia vida. Porque, convengámoslo, se debe hacer una importante consesión al orden natural cuando se mira por la ventanilla a 10.000 metros de altitud.

Todo ese vértigo tiene sus consecunecias. Tanto aire turbulento alrededor abre más las pupilas y los pulmones. La sangre se comprime al igual que las vísceras. La sensación de libertad distorsiona las sensaciones comunes. El despliegue de toda una potencia corporalmente administrada cobra valor. Todo me suena tremendamente masculino y no necesito detallar más.

En mi caso, como la ansiedad se me escapa en los gestos, a veces me pasan cosas de hombre torpe, por no aprender a administrar esta experiencia que me convierte en alguien mucho más fuerte. Pero al escribirlo siento que también hay algo de crecimiento, de dominio que me gusta sentir una vez estoy en el aire, y que en último término el ser capaz de comprar el pasaje tambièn me hace capaz de dominar mis miedos. Razón y fuerza encadenadas, la experiencia de viajar así merece ser registrada.

Ahora entiendo porqué Britney Spears se disfrazó de aeromoza para un video hot, porque Tom Cruise se volviò un sex symbol luego de Top Gun y porque este video hizo que la canción me gustara todavía más.

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