viernes, 2 de marzo de 2007

Transantiago matinal

Debo decir que cada mañana aborrezco un poco más a Andrea Molina. No es que la apreciara mucho (aunque cuando personificó a Sussy en esa serial de los noventa, algunos créditos le di) simplemente que ahora es incomodidad crónica de verla.

Por un extraño impulso digno de psicoanalizar, esta semana he empezado mi rutina de levante observando algunas noticias en Megavisión. Quizás es lo único que veo en esa estación. Tengo claro que es baluarte del doble estándar y puede ser por eso que, apelando a las ciencias sociales, debo buscar evidencia sobre el fenómeno diariamente.

El asunto es simple, esta estación ha hecho de las suyas derribando al Transantiago. Jamás tendrá la decencia de criticar abiertamente al gobierno, porque la estrategia es otra: dejar preguntas abiertas del tipo ¿Quién cuidará de nosotros cuando los delincuentes nos asalten en invierno? Y es terrible, porque todo va apoyado de una cuña con música de pesadilla e imágenes de flaites esquineros. Porque aunque la estigamtización pasada corrida, igual no puedo dejar de mencionarla.

En fin, lo peor de todo es la cara dramática que esta mujer pone cada vez que relata alguna tragedia fruto del transporte. Es claro, hay bastante por mejorar pero tampoco ha sido el fin del mundo. La lata es que Andreíta jamás dialoga con los entrevistados en estudio, porque el único movimiento cervical que puede realizar es mirar siempre a la cámara con cara de comercial de Revlon. Todo mientras relata lo triste que debe ser para la señora Juanita llegar tarde, tajeada por los cogoteros, y sin ganas de hacer arrumaco al marido que exige lo suyo.



La misma sucia estrategia de "Mujer rompe el silencio". Jamás el género masculino nacional salió tan vapuleado y la mujer tan victimizada(con la honrosa excepción nortina de Laura en América) . Si alguno no recuerda las historias solía terminar con alguna reo por asesinato entrevistado por la interlocutora enfundada en un traje Channel. El mismo que usa para visitar las poblaciones inundadas en el invierno.

Propongo que todo estudiante de metodología de la investigación vea este noticiero para aprender a cómo realizar preguntas sesgadas que respalden la hipótesis. Es el ejercicio de rigurosidad científica de Ricardo Claro. Y es una burla, porque probablemente el hijo de la señora Juanita es el mismo que aparece en las imágenes que explican lo que es un delincuente en las poblaciones periféricas donde no pasa la micro.

Claro que la señora Juanita no alcanza a ver su despliegue matutino y menos aún, procesar toda la jugada caída la noche. A esa hora, lo único que la identifica es verse victimizada por un mundo dominado por hombres, los mismos a los cuales esta conductora trató de seducir ligera de ropa en TVN y con cara de Evita en Megavisión.

A lo mejor, me carga por su astucia, porque yo también he caído en el juego de escucharla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Insisto: elimina el Mega de tu programación!

No es saludable por las mañanas!