miércoles, 18 de abril de 2007

Paras Aika Vuodesta (La Mejor Hora para Levantarse)



En momentos que requiero algún olvido, como ahora, siempre preciso escuchar sonidos diferentes a mis propios latidos o al ritmo de mi aliento cansino. Muchos saben que para aquello conviene entretener la mente, aprendiendo sobre lugares ajenos, analizando desafectadamente la propia psique, practicando la gramática transatlántica. Más aún si puede ser cargada con cierta melancolía polar.

Incluso es más. A pesar de indagar en estos estados utilizando algo tan potente y proyectado como la tecnología, me quedo con los experimentos que permiten viajar en esta atmósfera digital.

Puede ser iluso querer llorar si es que hay tanto por descubrir. Pareciera con ello que andamos buscando instalarnos en el lugar del niño asustado.

Rompiendo el cascarón, saliendo de la cama aunque todo dentro de ella indicara que es mejor permanecer en el ensueño. Salida a flote después de dormir bajo el agua. Impulso a respirar por cuenta propia.

Desde la lejana Finlandia, canciones nuevas para emociones antiguas.

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