domingo, 25 de junio de 2006

Hyvää päivää, Mitä kuuluu? (otros idiomas)

Si alguien alguna vez te saludara así, debieras responder: "Puhutko sinä espanjaa?" Probablemente se debería a que estarías perdido en Helsinki, la capital de Finlandia; y con esa pregunta podrías encontrar quien hablara español y te diera a entender que lo que te dijeron era un saludo y no un anatema.

La razón de este diálogo obedece a que estos últimos días he estado dedicado a investigar un poco sobre idiomas nórdicos. La razón, para mi cumpleaños adquirí el disco Takk de Sigur Rós, grupo islandés de música interesante. Más allá de si la crítica considera sus aportes al post rock y si sus sonidos glaciales son vistos como lo más pop de su producción; hubo un día en que supe que el título del álbum significa "gracias". Solo en Islandia alguien aceptaría eso como muestra de agradecimiento, una palabra tan seca, casi como la onomatopeya de un golpe, o del hielo partido por el despertar de un volcán. No obstante, el disco está plagado de palabras tan hermosas como incomprensibles: Saeglopur, Glósoli, Mea Blodnasir. Tienen una textura tan mágica como el poema Voküró, que musicalizó Björk en su último disco (hasta el día de hoy sigo sin conseguir una traducción al inglés)

Luego tuve esta visión de sábado por la tarde, en el cable, cuando dos fineses hablaban por celular Nokia, frente a la Rautantientori Central Station de Helsinkii. En una ciudad situada sobre el paralelo 60, el verano es especialmente luminoso. Pocos saben que este país báltico está lleno de bosques, y en medio de ellos como una especie de cruza entre elfos y esquimales lapones, aparecen estos seres tecnologizados hablando un idioma emparentado con el islandés, pero con un uso casi obsesivo de las vocales. Si no vean el título.

Me di cuenta que he adquirido el prejuicio que la modernidad es puramente anglófona y que el español quedaba para ser místico. En estos otros dominios septentrionales, hay una serie de juegos vocales interesantes de aprender y degustar, al tiempo de esperar como su devenir de conjuro digital (y su franca lucha contra la extinción) impacta nuestro mundo globalizado.

Kiitos, Moi-moi! (adiós y gracias)

4 comentarios:

Boris G. Isla Molina dijo...

Paaaaablyörk

Interesante reflexión, aunque un poco elegiaca para mi gusto.

Es cierto, una concatenación de vocales y la hiperpresencia de K,R,V y ¨hacen que uno deba imaginar un mundo muy distinto del nuestro.

Recuerdo que, en un curso de mapudungun, descubrí que las fonaciones eran la reproducción humana de los sonidos de la naturaleza, así por ejemplo, "rofue" es una comunidad mapuche cercana a Temuco y su nombre proviene del sonido rroff rroff (el agua golpeando la empedrada) hay otros ejemplos, tan sutiles como este, que prefiero no darlos porque ahí si que voy a pasar por chanta.

En todo caso, en consideración a lo anterior, te has de imaginar que clase de cosas les dice la naturaleza a esta pobre gente?

Pablo dijo...

Efectivamente, hay mucho de onomatopeya en la creación de los idiomas. La semana pasada tuve la oportunidad de conversar con un médico brasileño que nos explicaba como muchas de sus palabras provienen del tupí (idioma hoy extinto) que eran unos expertos en estas artes. Por ejemplo, para decir que un muchacho es llorón se usa el término jururú (yiururú) que es el sonido que hace un chico al fruncir la boca: yuuuuuuururu.
Piensa que en Laponia hay puro hielo y viento, de ahí que todo suene así no?

Boris G. Isla Molina dijo...

Claro, con seguridad el miedo debe estar asociado a la quebrazon de los hielos, que sería algo así como:

KRÜÜÜVVRAAAAAHHG!!!!

Anónimo dijo...

Pablillo...me encanta ese aire melancólico,(ya sabés porqué...), ya sea que venga en imágen, sonido musical y/o escrito....I like it...so...so...much....Por el momento, sólo, se me ocurre sugerirte, que si te gustan tantos los paisajes de arena oscura y olas espumosas.... acantilados majestuosos...y el silencio que se puede oir...con el alma..., creo, que una visita a Puerto Saavedra (IX Región)...y sus playas cercanas...te dejaran con la mirada congelada...y los latidos a la velocidad del viento mistral....

un abrazo...