domingo, 25 de octubre de 2009

Música desde afuera hacia adentro (Inside and out)

Bendita Internet y su capacidad de expandir los placeres. Algo tan inmaterial como la luz viajando por una fibra óptica, se enreda en mis tejidos para convertirse en un nuevo recuerdo dentro de mis oidos y las infinitas asociaciones que la melodía desprende.

De ahí se entiende que la música pueda tener perfume. Una segunda pasada a las canciones y se puede descubrir las claves de la elegancia atemporal de determinadas composiciones. Este vez descubrí a Feist, una canadiense que desde hoy se convierte en la mejor amiga de mis audífonos.



Como si se tratase de una fotografía revisada, escucho una canción de los Bee-Gees convertida en mujer, trayendo de vuelta ese pasado que tanto me gusta. ¿Y si me mudo a Europa alguna vez, me ayudará a volver a sentir la confianza que me da el recorrido del sol en la primavera de Santiago? ¿O será más alucinante encontrarme con ella en una calle?

Esta canción renueva una temporada de elegías que intentan ser menos melancólicas que años atrás. Si me siento como mi papá escuchando estas canciones. Seguro él las escuchó en su radio a pilas intentando pololear con mi mamá. Ahora voy a hacer lo mismo con el Negro.

Otra mina folk para sumar a mi colección. De seguro consigo ampliar las definiciones del enamoramiento tarareando estos compases.

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